Las autoridades de Saná, capital del país, declararon el estado de emergencia por los numerosos casos de cólera y lanzaron un pedido de ayuda internacional para enfrentar la epidemia. En poco más de dos semanas se registraron 8.500 casos sospechosos en 14 provincias del país.
Los casos de cólera registrados recientemente superan el «promedio habitual» y el sistema de salud de la capital es «incapaz de contener esta catástrofe», declaró el responsable de salud de la administración instaurada por los rebeldes chiitas hutíes que controlan la ciudad.
Por su parte, el «ministerio» de Salud de los rebeldes, Hafid ben Salem Mohammed, afirmó que «la amplitud de la enfermedad supera la capacidad» de sus servicios, en declaraciones a la televisión Al Masira de los hutíes.
«Estamos confrontados a una grave crisis de cólera», declaró por su parte Dominik Stillhart, director de operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en una conferencia de prensa ofrecida el domingo en Saná, al término de una misión en Yemen.
Citando un balance del ministerio yemenita de Salud, Stillhart indicó que entre el 27 de abril y el 13 de mayo, 115 personas murieron de cólera y que se registraron 8.500 casos sospechosos en 14 provincias de Yemen.
La enfermedad se extendió y el balance se agravó rápidamente. El jueves, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) confirmó 58 casos de cólera y dio cuenta de 47 decesos y 2.301 casos sospechosos en diez provincias.
Antes del anuncio del estado de urgencia, Amin Mohammed Jamaan, el alcalde de Saná nombrado por los rebeldes, prometió facilitaría el trabajo de los organismos internacionales que acudieran a combatir el cólera.
«Las autoridades de Saná aportarán todas las facilidades, apoyo y cooperación» a las organizaciones internacionales, afirmó Jamaan en una declaración citada por la agencia Saba.
La guerra que sufre Yemen devastó las infraestructuras de salud del país más pobre de la península arábiga.
La guerra enfrenta a las fuerzas leales al presidente Abd Rabbo Mansur Hadi, apoyado por una coalición árabe dirigida por Arabia Saudita, y a los rebeldes hutíes, aliados al ex presidente Alí Abdalá Saleh.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los combates han dejado más de 8.000 muertos y más de 44.500 heridos desde marzo de 2015.
Unos 19 millones de personas, es decir alrededor del 60% de la población, vive en situación de inseguridad alimentaria, indicó por su parte la ONU.