Luego de su exitoso paso por el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, la cantante Mirella Cesa regresó al país la tarde de ayer. Con todo el cariño que sus seguidores le tienen a la artista, los cuales aumentaron desde la obtención de la Gaviota de Plata el pasado domingo, fue recibida en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo de la ciudad en medio de aplausos y vítores.
Pero existe algo en Mirella que la caracteriza, y lo cual también destacó en su participación internacional: en su vestuario y en sus presentaciones, un poco de la cultura ecuatoriana era mostrada.
Cesa comenta que este estilo lo trae desde que se inició su carrera, por decisión propia. “(El usar ropa con detalles autóctonos) en verdad (viene) del corazón, porque cuando salgo con este andipop, digo: ¿cómo quiero proyectarme? Yo soy muy jovial, muy relajada, tienen que ser jeans, tiene que ser un look como bien hippie, pero pulido y que tenga algo de nuestra identidad. Y así empecé a vestir así”, declara la cantante, quien también es conocida como la ‘madre del andipop’, un ritmo que mezcla sonidos del pop con instrumentos autóctonos como el charango.
Sobre este instrumento indígena, la cantante expresa que, al igual que su vestuario, lo lleva desde el inicio de su vida en el mundo musical. “Ya hace 11 años”, dice la guayaquileña sobre hace cuánto sabe hacerlo sonar, y muestra como prueba, el desgaste del esmalte de sus uñas producto de haberlo hecho sonar como nunca durante este festival musical.
Si alguien le pregunta de dónde provienen los diseños tan característicos de ella, responde nombrando una pequeña población de la provincia de Imbabura, una localidad que es muy conocida por sus bordados tradicionales y la cual forma parte también de su carrera. “Todas las pecheras fueron bordadas en Zuleta, fueron traídas de Zuleta; las flores bordadas a mano, todos los apliques”, expresa Cesa, demostrando que al Ecuador también se lo lleva puesto.
Su trabajo de vestuario le trajo buenas críticas en la cita, tanto que, comenta, era una expectativa el saber qué iba a llevar encima durante las veladas. “Me da risa que todos los días decían: queremos ver con qué va a salir Mirella, qué se va a poner. Era como la novedad porque todos los días presentábamos un vestuario diferente, siempre trabajado por artesanos del país”.
La cantante asegura que seguirá llevando en su música y en su vestuario al Ecuador mientras continúa su trabajo de internacionalización, un proceso que nació en esta tierra. (I)
Hoy hay gente de otros países… que nos escribe, que dicen: qué increíble, quiero ir a Ecuador para conocer esos paisajes que hay en el video de La corriente; quiero ir a Ecuador para comprar esas pulseras que te pones.
Fuente:ElUniverso