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Tiene apenas 21 años y todo el mundo en la industria musical conoce su nombre. Fuera de ella son pocos los que se libran de tararear el estribillo del primer tema de su álbum debut “Camila”. “Havana oh-na-na” retumba en la cabeza de millones en el planeta, quieran o no, porque la canción no deja de sonar en cualquier plataforma, emisora radial, establecimiento o discoteca.

Camila Cabello encarna la perfecta combinación de carisma, calidad vocal y una calculada estrategia de mercadeo de su disquera Epic Records. Es la estrella musical del momento, a la altura de divas como Beyoncé o Lady Gaga que casi le doblan la edad. Hasta Barack Obama ha sucumbido al fenómeno: el año pasado incluyó “Havana” en su lista anual de canciones favoritas.

El éxito de Cabello es una paradoja en sí misma. En plena era Donald Trump, con el fantasma de la construcción de un muro entre Estados Unidos y México como foco de la política exterior del mandatario estadounidense y el endurecimiento de las medidas contra la inmigración ilegal, que esta mujer de origen cubano se sitúe en lo más alto de las listas de ventas de su país de acogida es digno de mención.

Nació el 3 de marzo de 1997 en La Habana, en el seno de una familia de soñadores, convencidos además de que las fronteras no son un impedimento para alcanzar una vida mejor. “La historia de mis padres me ayuda a saber qué es lo que importa en la vida”, aseguró en una entrevista a The New York Times.

Nunca llegó a Disney World

Hasta los 6 años, la niña y sus progenitores, el mexicano Alejandro Cabello y la cubana Sinuhé Estrabao, vivieron entre la isla y Ciudad de México hasta que un día su madre, arquitecta, se la llevó a la capital mexicana con la promesa de viajar a Disney World… Madre e hija nunca alcanzaron el parque temático, pero sí Miami, donde un amigo las acogió en su casa. Antes de eso, viajaron más de un mes por carretera, saltando de autobús en autobús como cualquier inmigrante ilegal.

Sinuhé no volvió a ejercer la arquitectura. Trabajó como asistente de ventas en una tienda de zapatos que le permitió reunir recursos para arrendar un apartamento. Un año y medio después, Alejandro se reunió con ellas y aportó al hogar el dinero que ganaba lavando carros. Con el tiempo, el matrimonio creó su propia empresa, una constructora, y tuvieron a su segunda hija, Sofía Isabella, 10 años menor que su hermana.

Quienes conocen a Camila dicen que desde pequeña desarrolló una fuerte pasión por el canto y el baile, pero había algo que la frenaba: era muy tímida. No le gustaban la música estridente ni los lugares abarrotados; mucho menos ser el centro de atención. Aun así, a los 15 años, en el 2012, y como regalo de cumpleaños, pidió a sus padres que la dejaran presentarse al casting de la segunda temporada del programa televisivo “The X-Factor”. Ellos accedieron sorprendidos y fueron testigos de cómo la niña superó las primeras eliminatorias para, finalmente, quedar eliminada en el apartado de solista.

Pero la historia de la adolescente ya estaba escrita y este pequeño batacazo no frenó sus aspiraciones. El productor del “reality”, Simon Cowell, quien había presenciado sus audiciones, le propuso ser parte de una agrupación junto a otras cuatro candidatas del programa (Dinah Jane Hansen, Ally Brooke, Lauren Jauregui y Normani Kordei). Así nació Fifth Armony, con el que grabó dos álbumes de estudio, “Reflection” (2015) y “7/27” (2016), actuó en la Casa Blanca y empezó a labrarse un nombre propio gracias a éxitos como “Work from Home” y “Worth it”.

La relación, ‘a priori’ idílica, del grupo empezó a fracturarse a partir del 2015, tras varias colaboraciones de Cabello con cantantes de renombre. Como el canadiense Shawn Mendes, con quien alcanzó el número 20 de las listas de EE.UU. con ‘I know What You Did Last Summer’.

“Explorar mi individualidad musical”, como ella lo ha calificado en varias entrevistas, se saldó con su salida del grupo. “Las chicas estaban al tanto de mis sentimientos a través de las largas y más que necesarias charlas acerca del futuro”, sentenció en el comunicado en el que ponía punto y final a su trayectoria con Fifth Armony y daba por inaugurada su carrera como solista.

“Havana” y récord

La primera tarea de Cabello fue encontrar un sonido propio. Roger Gold, representante de la artista, reconoció a The New York Times que la joven tardó un tiempo en sentirse cómoda como solista. Como cualquier cantante que sale de una ‘teen band’ prefabricada, es el momento de romper con el pasado en el que las decisiones creativas son o compartidas o inexistentes, y enfrentar un futuro incierto y autónomo que abruma como una página en blanco al escritor de novelas. En ese proceso de encontrarse a sí misma, colaboró con artistas de la talla de Pit Bull, Travis Scot, J Balvin y Major Lazer y se centró en la creación de su trabajo debut “Camila”. Ella fue quien escribió el estribillo de “Havana” en un restaurante de sushi durante una comida con el productor Adam Feeny, más conocido como Frank Dukes, quien también ha trabajado para Drake, Lorde o Travis Scot.

El día de la presentación del álbum, el 12 de enero pasado, los miedos debieron disiparse para la artista: en apenas unas horas “Camila” estableció un nuevo récord para un trabajo de debut en iTunes en 99 países. 

Atractiva, independiente, talentosa, sin novio a la vista y una historia familiar de lucha a sus espaldas con la que muchas personas se pueden identificar es la carta de presentación de esta mujer que ha incursionado en el mundo de la música como un torbellino sin renunciar a su herencia latina.

Coherente con sus raíces, Cabello participó en la campaña ‘No moment for silence’ (‘No es momento para el silencio’), liderada por la plataforma de Spotify, para oponerse a la medida anunciada por la administración Trump de poner fin al programa Daca, el plan migratorio que ayudaba a resolver la situación de irregularidad en Estados Unidos de aquellos que habían llegado a suelo estadounidense siendo menores de edad (‘dreamers’). “Esa palabra, inmigrantes, tiene una connotación muy negativa. Puedo imaginarme a todas esas niñas pequeñas que sueñan con venir aquí, a los Estados Unidos, pero que al mismo tiempo no se sienten bienvenidas”, contó a Univisión.

El mundo del pop ya tiene nueva heredera, ambiciosa y con convicciones. Y, por el momento, parece decidida a no ceder el título ni abandonar su trono.

elnuevodia.com

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