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Los miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) son los encargados de las inspecciones en caso de amenaza de bomba.
Foto: Ecuador TV

El experto en seguridad Ricardo Camacho y la psicóloga Ivonne Jácome instan a los ecuatorianos a mantener la calma y a no difundir información que no esté verificada.

Quito, 24 abr (Andes).- Frente a las constantes amenazas de bombas que ha sufrido el país en las últimas semanas, expertos consultados aseguran que el Ecuador no puede vivir en un estado de “zozobra constante” por la inseguridad e instan a los ciudadanos a desarrollar sus actividades con normalidad.

Según información de la Policía Nacional, el Grupo de Intervención y Rescate (GIR) atendió este año 43 alarmas de bomba a nivel nacional, de ellas, más del 90% fueron falsas. La última ocurrió la víspera en la Escuela Politécnica Nacional, en el centro norte de Quito.

El capitán Cristián Suárez, oficial del GIR, hasta ahora hubo 18 alarmas falsas en Quito y en la provincia de Guayas se contabilizaron otras 14 más. Solo ocho alertas fueron reales: siete en Esmeraldas, frontera con Colombia, y una en Manabí. También se realizó una verificación de paquete con artefacto explosivo real en Napo y Chimborazo y hubo otra amenaza de bomba en la provincia de Imbabura.

Ricardo Camacho, experto en seguridad, señaló a Andes que tras la explosión en San Lorenzo (Esmeraldas), que cobró la vida de cuatro militares y tres civiles, estos últimos miembros de un equipo de prensa del diario El Comercio, existe “un antes y un después” en un Ecuador.

Las autoridades de Ecuador y Colombia atribuyen los hechos registrados en la frontera a Walter Patricio Arízala Vernaza, alias ‘Guacho’, identificado como un disidente  de la guerrilla de las FARC y líder del grupo que capturó a una pareja de civiles hace casi una semana en la frontera norte.

Camacho, sin embargo, considera que los ciudadanos deben “mantener la calma” y confiar en los análisis de inteligencia que realizan las autoridades que “son las únicas que pueden dar a conocer cuál es la capacidad logística que pueda tener Guacho”.

En tanto, la psicóloga Ivonne Jácome dijo a esta agencia que los ciudadanos deben evitar difundir información que no esté verificada para no poner a la población en un “estado de zozobra, miedo y ansiedad”, ya que ello genera una especie de psicosis social.

“Por un lado están las especulaciones y porque nos han hecho creer que no hay controles. La única persona que puede dar luces es el gobierno a través del Presidente y su gabinete que deben estar comprometidos con la seguridad y comunicar de forma constante las acciones que se están realizando”, dijo Jácome.

En su opinión, es necesario que las autoridades diseñen nuevos protocolos de seguridad para poder verificar quién realiza las llamadas de alerta. “Con un protocolo nuevo se analiza el tipo de voz, la forma en la que se expresa, se despacha la unidad de policía y ya no hacemos como ahora que se manda unidades de bomberos y ambulancias y que la ciudad colapsa”, explicó en entrevista con este medio.

En la actualidad, una vez que se reciben las alertas, la Policía Nacional envía un equipo integrado por canes y técnicos antiexplosivos que realizan la verificación que incluye, entre otros elementos, toma de rayos X, fotografías, visualización.

“El Ecuador tiene que aprender a vivir con este tipo de amenazas, pero solo la inteligencia nos va a enseñar para qué nuestro cuerpo policial sepa diferenciar con los nuevos protocolos, cuáles van a ser las acciones a tomar”, dijo Camacho.

Indicó que en este caso el país no se está tratando con terroristas, sino con delincuentes que buscan poner en jaque al Estado ecuatoriano.

“La población civil no tiene que darles gusto, es decir, debemos continuar con nuestra vida y si vemos un objeto que ha sido dejado, no acercarse, informar a los guardias para que ellos procedan”, señaló.

  • la/yp

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