Santiago de Chile, (EFE).- Tres víctimas del cura Fernando Karadima, suspendido de por vida en 2010 tras descubrirse que abusó sexualmente de niños y jóvenes cuando dirigía una parroquia en Chile, rebatieron hoy las declaraciones de un obispo chileno que aseguró en el Vaticano que se había reunido con ellos.
Una de ellas, el periodista Juan Carlos Cruz, reaccionó mediante su cuenta de Twitter, donde indicó: “No lo he visto en mi vida. La verdad según los obispos de Chile es bien distinta a la que vivimos todos”.
El obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, quien ofreció una rueda de prensa en Roma junto al obispo auxiliar de Santiago, Fernando Ramos, aseguró que había sostenido reuniones con ellos como parte de su papel rol en la comisión de prevención de abusos de la Conferencia Episcopal.
“Muchas personas e instituciones remiten directamente a la santa sede y precisamente nuestro deseo ahora es escucharlo porque él seguramente nos va comunicar cosas que incluso podemos no conocer tan bien”, afirmó González.
El obispo dijo que en el caso que ahora los convoca “hemos intentado hacer hasta donde es posible lo que estaba en las manos”.
“Yo mismo soy miembro de la comisión de prevención desde hace siete años, me he entrevistado con muchas víctimas, conozco a las víctimas que recibió el santo padre, conozco a todas las víctimas de los maristas”, subrayó el obispo de San Bernardo.
James Hamilton, también víctima de Karadima, afirmó en su cuenta de Twitter: “Nunca me he juntado ni he hablado con ese personaje siniestro, impactante su capacidad de mentira”.
La tercera víctima del cura pederasta, Juan Andrés Murillo, recordó que “hace un tiempo este obispo nos dijo públicamente que la cortáramos con que nos tenían que pedir perdón”. Y añadió: “Jamás lo he visto en persona”.
La rueda de prensa de los dos sacerdotes se celebró a pocas horas de que el obispado chileno enfrente al papa Francisco en Roma, tras una investigación que el pontífice llevó a cabo sobre abusos sexuales en Chile, en la que recibió a Hamilton, Cruz y Murillo.
Karadima fue condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por estos hechos, que fueron encubiertos durante muchos años por el obispo de Osorno, Juan Barros.
En su viaje a Chile del pasado enero, el papa Francisco defendió a Barros, pero a su llegada al Vaticano ordenó una investigación al obispo maltés Charles Scicluna, tras la cual dijo que había sido “mal informado”.
Después pidió perdón a todas las víctimas y convocó a Cruz, Murillo y Hamilton al Vaticano para poder hablar con ellos en privado. EFE
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