Expertos explican cómo nuestra salud puede verse perjudicada al permanecer en un ambiente cerrado, que propicia la propagación de virus y bacterias.
En la época de frío, o con estos cambios de temperatura a lo largo del día, es probable que muchos ciudadanos se contagien de gripe o resfrío. Viajar en un bus, con las ventanas cerradas, se convierte así en una bomba de tiempo. Abrir la ventana es la principal recomendación para prevenir el contagio en un viaje de transporte público.
El médico neumólogo Alfredo Guerreros explica que “ni el frío ni el viento son los que provocan las infecciones”.
1. «Las infecciones son causadas por virus, bacterias u hongos, que generalmente portamos y transmitimos los propios seres humanos, a través de nuestras secreciones cuando tosemos, expectoramos o estornudamos».
2. «En un ambiente cerrado como los medios de transporte, donde no hay recambio del aire y ventilación, la posibilidad de que una persona inhale esos virus de los que estornudamos, va a ser alta».
3. «Es mucho mejor tener abierta las ventanas y bien ventilado el ambiente versus tener cerradas las ventanas, creyendo falsamente que el calor nos va a proteger».
AIRE ACONDICIONADO
El neumólogo resalta que el aire acondicionado es positivo porque, entre otras cosas, ayuda a estar alertas (en el caso de los conductores de vehículos), además de propiciar un mejor ambiente de trabajo.
Sin embargo, hay que tener muy en cuenta: «Uno necesita estar seguro de que los filtros del aire acondicionado estén funcionando bien, ya que la mayoría funciona con agua y pueden acumular virus u otro tipo de alérgenos que pueden resultar siendo dañinos», afirma el especialista.
INFECCIONES RESPIRATORIAS AGUDAS MÁS COMUNES
El resfrío común, la faringitis, la otitis, la bronquitis y la neumonía son las más usuales. El contagio se da por los fluidos de una persona enferma, por ejemplo, mediante el estornudo, al toser e incluso mediante la saliva al besarse en la boca. Los niños que van al colegio son los que más fácilmente se contagian porque están en contacto muy cercano. Además, la desnutrición, la anemia, la escasa o nula lactancia materna y el hacinamiento en el hogar o lugares públicos, son factores de riesgo.
– La neumonía compromete a los pulmones y se caracteriza porque el pecho se hunde, hay tos frecuente, fiebre, dificultad para respirar y la persona se puede poner de color morado. La complicación más grave es mortal en niños menores de 5 años.
– La influenza puede ser fatal en los grupos de riesgo: mujeres gestantes, niñas y niños menores de 2 años, adultos mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas. Produce fiebre alta y malestar general. Para prevenir es conveniente vacunarse anualmente, porque el virus cambia cada año.
– La tuberculosis (TBC) es producida por el bacilo de Koch, que ataca principalmente a los pulmones aunque puede comprometer cualquier parte del cuerpo. Se transmite vía respiratoria, a través de las gotitas de saliva que se eliminan al toser o estornudar. Para evitar la proliferación de la enfermedad, hay que ventilar los ambientes, y los desechos de moco o flema deben colocarse en una bolsa plástica para luego eliminarse.