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FIRMA DE LA PAZ

Salvador Quishpe Lozano, prefecto de la provincia de Zamora Chinchipe y presidente de la Mancomunidad de los Gobiernos Provinciales Amazónicos CONGA, recordó que este 26 de octubre, se cumplen 20 años de la firma de la paz entre el Perú y el Ecuador, con los países garantes en Itamaratí, Brasilia.

“Recordamos claramente las guerras del 81 y sus glorias de Paquisha, Mayaicu y Manchinaza. La guerra del 95 y las batallas de Cóndor Mirador, Tiwintza, Coangos y lugares aledaños. Recordamos como si fuera ayer las palabras del entonces presidente Sixto Durán Ballén y su frase “ni un paso atrás”, los países garantes, la firma de la paz en Itamaratí; los tres mil millones de dólares para invertir en los pueblos de frontera y tantas otras ofertas que parecía, iba a cambiar ese histórico olvido a la frontera, con el argumento de que no se puede invertir, precisamente por la existencia de un conflicto armado”, recuerda Salvador Quishpe Lozano.

También comentó que, han pasado 20 años luego de la firma de la paz y vemos cómo avanzan sus pueblos al pulso del trabajo cotidiano de sus hijos. Un ejemplo de ellos, es el mejoramiento y exportación del  mejor café y cacao del Ecuador, el desarrollo de iniciativas turísticas; junto a investigadores nacionales y extranjeros se descubrieron los restos arqueológicos que datan de hace más de 5.300 años y sobre todo revelan que, en estos territorios se cultivaba la pepa de oro (cacao)  desde esas épocas milenarias. “Cosas como estas han logrado convertir al Sur de la patria en un escenario de desarrollo turístico, cultural, ambiental, productivo y económico para el bienestar local y nacional”, afirma el líder Saraguro.

Sin embargo, con la misma energía Quishpe Lozano denuncia que, mientras los pueblos pujan y trabajan sin tregua por el desarrollo turístico, el estado central sigue negando un vuelo comercial para la frontera sur con el gran argumento de la falta de demanda; “mientras nuestros pueblos siguen mejorando y exportando sus productos especiales como el café y cacao, el estado central solo dice que no hay dinero para construir y terminar vías fundamentales como el eje vial No. 4 que va por Loja–Vilcabamba-Zumba–La Balsa–Perú”. Por otro lado, dice que “los medios de comunicación escrita anuncian que se contrató la construcción del Eje 4 por un monto de 18 millones de dólares y se pagó alrededor de 140 millones, si esto fuera poco, la obra está inconclusa y no hay justicia para los pueblos fronterizos que aún siguen con la esperanza que se concluya esta vía”. 

“Mientras hacemos los esfuerzos por cuidar el agua y la naturaleza, mientras hacemos esfuerzos por sobrevivir con nuestras buenas costumbres y tradiciones milenarias como los Saraguros y los Shuar, cuidando nuestra sabiduría ancestral, nuestra gastronomía, nuestra medicina, nuestras formas de organización social, nuestras mingas; el estado central se apresura cada día por entregar nuestros territorios a manos de empresas mineras extranjeras. Mientras hacemos esfuerzos por conocer un poco más de nuestros pueblos milenarios, de  nuestro patrimonio natural, cultural y arqueológico; el estado central nos sigue negando una Universidad para nuestros hijos. Es decir, mientras nuestros pueblos nos esforzamos por mejores días para nosotros y para todos los ecuatorianos, el estado central administrado por gobiernos de izquierda y de derecha se ha convertido en una especie de conspirador de nuestro propio desarrollo”, dice el prefecto zamorano.

Con alegría se observa cómo se desarrollan las ciudades como Quito y Guayaquil, se anuncian con bombos y platillos la construcción de mega obras como el tren playero, lo cual está bien, porque el desarrollo de las grandes urbes, significa también el desarrollo nacional; ¿pero por qué el olvido a los pueblos que un día le llenaron de gloria al Ecuador?, ¿Por qué la postergación de la atención a los pueblos que un día junto a sus hijos uniformados de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas entregaron su vida y le dijeron al Ecuador, nunca más de perdedores, en adelante siempre de vencedores y con ese sacrificio borramos la triste historia de todas las batallas perdidas e inauguramos una nueva era de gloria para los ecuatorianos?. “Es hora de dejar atrás a una clase política y económica, egoísta y centralista, que no tiene sentimientos y menos solidaridad para más allá de su Samborondón o de su Monteserrín”, alega Quishpe Lozano.

Al cumplir estos 20 años de la firma de la paz Perú–Ecuador, el Prefecto zamorano, expresa que irán con la misma energía de Paquisha, del Cóndor Mirador y de tantos otros escenarios de gloria. “Vamos  a llenarnos de esa energía y a seguir luchando con el trabajo del día a día por el bien de nuestros hijos, pero también con la misma energía, por tanto, exigimos al gobierno de turno la inmediata atención que por historia y por derecho nos corresponde”, concluyó Salvador Quishpe  Lozano.

Fuente: GADPZCH 

 

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