En esta columna analizaremos los resultados de las elecciones presidenciales que se celebraron en América Latina durante el 2018.
El final de cada año siempre es un momento propicio para hacer un balance. Por lo que en esta columna decembrina analizaremos los resultados electorales que se celebraron en las elecciones presidenciales en América Latina durante el 2018, donde sí hubo sorpresas importantes pero el mapa de identificación ideológica de las administraciones no sufrió grandes cambios.
Con el triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil culminó el ciclo electoral 2018 en la región, y aparece en el horizonte un 2019 en donde se celebrarán comicios presidenciales en El Salvador, Panamá, Guatemala, Bolivia, Argentina y Uruguay, además de elecciones seccionales en Ecuador y regionales en México y Colombia. En tanto, en Europa será tiempo del Parlamento Europeo y de las municipales españolas, entre otras.
Costa Rica, Paraguay, Venezuela, Colombia, México y Brasil fueron a las urnas en 2018 para elegir presidente, en la mayoría de estos países no se registraron grandes cambios, más allá de la sorpresiva victoria de Bolsonaro y el novedoso triunfo de la izquierda mexicana con López Obrador.
Costa Rica abrió el ciclo electoral del 2018, el 1 de abril. El triunfo fue para el oficialismo, el socialdemócrata Carlos Alvarado sucedió a Luis Guillermo Solís –ambos del Partido Acción Ciudadana– en la Presidencia de la República.
En Paraguay fue el conservador Partido Colorado, partido político prácticamente hegemónico en la historia guaraní, el que mantuvo el poder en las elecciones del 22 de abril, con el triunfo de Mario Abdo.
En Venezuela, el 20 de mayo se celebraron las elecciones a través de las cuales se concretó la reelección del presidente Nicolás Maduro.
El 17 de junio, en Colombia, en unas elecciones muy reñidas y donde por primera vez compitieron fuerzas progresistas con posibilidades ciertas, Iván Duque del Partido Centro Democrático –conservadores uribistas– fue el vencedor y recibió el gobierno del también conservador Juan Manuel Santos.
En México sí se celebró un cambio de signo ideológico con el triunfo del candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, que sucedió a Enrique Peña Nieto del PRI.
Finalmente el domingo 28 de octubre, con una campaña en donde imperaron las fake news, se cerró el ciclo electoral latinoamericano con el triunfo de Jair Bolsonaro, que recibirá el gobierno de manos de Michel Temer.
En estos últimos años se ha hablado mucho en América Latina de un viraje regional hacia la derecha; de un cambio de signo ideológico que terminaría con el ciclo progresista que vivió el continente en momentos que gobernaban Lula en Brasil, los Kirchner en Argentina, Fernando Lugo en Paraguay, Michelle Bachelet en Chile y Rafael Correa en Ecuador, pero esa sentencia no se confirma con los resultados de 2018.
En este año que culmina, como veíamos, se celebraron seis elecciones presidenciales y solo en México se generó un cambio de un gobierno conservador a una administración progresista, que es encabezada por López Obrador.
El caso de Brasil es un tanto más paradigmático, ya que en 2014 el pueblo había votado una administración progresista pero el impeachment a Dilma Rousseff llevó a que el gobierno virara a la derecha –con la asunción de Temer– sin que lo decidiera la ciudadanía, por lo que ahora la asunción de Bolsonaro no registrará un cambio de signo ideológico.
El 2019 traerá nuevos desafíos en América Latina. Tres administraciones progresistas (El Salvador, Bolivia y Uruguay) y tres conservadoras (Panamá, Guatemala y Argentina) celebrarán elecciones presidenciales; la dureza de Bolsonaro anima a la derecha, mientras que el efecto López Obrador esperanza a los progresistas de la región.
Escrito por Marcel Lhermitte, consultor en comunicación política y campañas electorales. Periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magíster en Comunicación Política y gestión de Campañas Electorales. Ha asesorado decenas de candidatos y colectivos progresistas en Uruguay, Chile y Francia fundamentalmente.