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Después de 12 días de lucha intensa, el incendio forestal en Quilanga, Loja, ha sido controlado, aunque las autoridades advierten sobre posibles reactivaciones debido a las condiciones climáticas.

Quilanga, Ecuador — Tras 12 días de ardua lucha, el incendio forestal que devastó 7.600 hectáreas en Quilanga, provincia de Loja, ha sido controlado. Sin embargo, las autoridades advierten que persisten focos de calor en áreas aledañas, lo que mantiene en alerta a los equipos de emergencia.

La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos informó el 3 de septiembre de 2024 que el incendio, que movilizó a bomberos locales, Fuerzas Armadas y contingentes de Perú y Colombia, ha sido finalmente sofocado. No obstante, las condiciones climáticas continúan representando un riesgo para la reactivación del fuego en zonas circundantes1.

Jorge Carrillo, secretario nacional de Gestión de Riesgos, destacó el uso de un software avalado por la NASA para evaluar el impacto del incendio. Según el informe, el fuego arrasó con vegetación nativa, bosques de pino y pastizales, afectando directamente a 27 familias en el sector El Saraque1.

El siniestro también cobró la vida de 6.010 animales, incluyendo 6.000 pollos y 10 cabezas de ganado, y dejó a 207 personas evacuadas, tres viviendas calcinadas y otras 17 afectadas. La granja avícola local y varios animales domésticos también sufrieron graves pérdidas1.

A pesar de que el fuego ha sido controlado, bomberos y Fuerzas Armadas continúan con labores de liquidación y monitoreo en sectores críticos. Helicópteros MI-17 con sistema Bambi Bucket, provenientes de Perú, están desplegados en varias zonas para asegurar la extinción completa del incendio1.

El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) ha emitido pronósticos alertando sobre la posible aparición de nuevos focos de calor en la zona sur de la provincia de Loja, lo que podría complicar los esfuerzos de control. Las autoridades locales permanecen en alerta máxima1.

El impacto del incendio no se limita a las pérdidas materiales y la devastación ambiental; también afecta directamente a la economía local, especialmente a la producción de café, una actividad vital para los habitantes de Quilanga. Elías Correa, presidente de la Junta Parroquial de San Antonio de Las Aradas, estima que alrededor de 160 hectáreas de cafetales fueron afectadas, representando un duro golpe para las familias dependientes de este cultivo1. Según reporte de diario La Hora

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