El automóvil del sacerdote desaparecido en Ambato fue hallado calcinado en los alrededores de Quito, según informó El Comercio.
El vehículo del sacerdote Enrique Arcos, quien desapareció en Ambato el 30 de octubre y fue encontrado sin vida días después, ha sido localizado calcinado en la vía a Lloa, en Quito. Las autoridades avanzan en la investigación del caso, que ha conmocionado a la comunidad religiosa y a la sociedad ecuatoriana.
Según informó El Comercio, el automóvil del sacerdote Enrique Arcos fue encontrado incinerado en la vía que conecta a Quito con la parroquia rural de Lloa, una zona montañosa y de difícil acceso. La desaparición de Arcos se reportó el 30 de octubre, después de que el sacerdote no apareciera para sus labores habituales en Ambato. Posteriormente, su cuerpo fue hallado desmembrado en la provincia de Cotopaxi, en un crimen que las autoridades están tratando de esclarecer.
El Comercio destacó que, al momento, la Policía Nacional ha ejecutado más de 20 allanamientos en distintas localidades del país, en un intento de encontrar pruebas que puedan conducir a los responsables de este violento hecho. La vivienda de Arcos, ubicada en Ambato, también fue violentada y robada, lo cual agrega un elemento adicional al caso. Investigadores de la Fiscalía y la Policía trabajan en colaboración para avanzar en la resolución de este crimen, siguiendo las pistas proporcionadas por los hallazgos en el lugar del incidente.
La noticia del hallazgo del vehículo ha generado gran preocupación en la comunidad religiosa y en los ciudadanos de Ambato, quienes han manifestado su solidaridad y pedido de justicia en diversas redes sociales y concentraciones. La Diócesis de Ambato emitió un comunicado expresando su pesar por la pérdida del sacerdote y pidió a las autoridades celeridad y eficacia en la investigación de los hechos.
El caso de Enrique Arcos ha abierto un nuevo debate sobre la seguridad en el país y la protección de quienes desempeñan labores sociales y religiosas. La Policía Nacional continúa sus investigaciones, y la comunidad de Ambato y la Diócesis local esperan respuestas y justicia por la trágica muerte de Arcos.