Nicolás Maduro prestó juramento este 10 de enero como presidente de Venezuela, tras ganar las elecciones del 28 de julio, en medio de acusaciones de fraude y creciente aislamiento internacional. Con el respaldo de la Fuerza Armada y los demás poderes del Estado, la oposición calificó la investidura de “golpe de Estado”.
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Durante la ceremonia en la Asamblea Nacional, presidida por el chavista Jorge Rodríguez, Maduro prometió que este nuevo mandato será “el período de la paz” y afirmó que su posesión representa una “gran victoria de la democracia venezolana”. El gobernante señaló que pese a los cuestionamientos y “conspiraciones” de Estados Unidos y otros países, no se pudo frenar la toma de posesión.
La oposición, por su parte, sostiene que el exiliado Edmundo González Urrutia fue el verdadero ganador de los comicios. En un comunicado, la principal coalición opositora —Plataforma Unitaria— denunció que con la juramentación de Maduro se consolida un “golpe de Estado”. Alega que la “usurpación del poder” desconoce la voluntad popular y anunció que proseguirá “una nueva fase en la lucha por la democracia”.
Mientras tanto, González Urrutia permanece en República Dominicana, adonde llegó tras una gira internacional. Sus aliados aseguran que su plan era volar en un avión privado para intentar posesionarse en Caracas. María Corina Machado, otra figura opositora que se mantiene en la clandestinidad, anticipó pronunciamientos sobre futuras acciones.
En el plano internacional, Estados Unidos elevó a 25 millones de dólares la recompensa para capturar a Maduro y a su ministro del Interior, Diosdado Cabello, además de imponer sanciones a ocho funcionarios venezolanos. La Unión Europea, a través de su jefa de diplomacia Kaja Kallas, reiteró que Maduro “no tiene legitimidad democrática” y sancionó a miembros del Consejo Nacional Electoral y de las fuerzas de seguridad del país. El Reino Unido calificó igualmente de “fraudulento” al Gobierno de Maduro y sancionó a 15 personas por presuntas violaciones a los derechos humanos.
En las calles de Caracas, amplios operativos de seguridad resguardan los alrededores del Palacio Legislativo. Tanquetas y uniformados refuerzan los accesos, mientras grupos de seguidores del chavismo celebran la toma de posesión con banderas y consignas de apoyo. A poca distancia, voces opositoras denuncian la “usurpación” y repiten que González Urrutia es el verdadero presidente electo.
La crisis política venezolana se agrava en medio de denuncias de fraude, aislamiento internacional y la ruptura institucional entre oficialismo y oposición. Las recientes sanciones y la postura de la comunidad internacional anuncian un panorama complejo para el tercer mandato de Nicolás Maduro.
Fuente: RFI