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24 de febrero de 2025
En la ciudad y provincia de Loja, especialmente en sectores rurales, crece la inquietud entre ciudadanos y expertos por el elevado número de cajas de ahorro y cajas comunales que operan como si fueran cooperativas de ahorro y crédito, sin estar legalmente constituidas como tales. Estas entidades, que no están sujetas a controles estrictos, captan ahorros y otorgan créditos de manera irregular, generando riesgos para las comunidades. La problemática, que se intensificó tras la pandemia, ha alcanzado niveles críticos en 2024.
¿Qué son las cajas de ahorro y cajas comunales?
Cajas de ahorro: Grupos formados por personas con vínculos comunes, como empleados de una misma institución, trabajadores con un empleador compartido, miembros de una familia o un barrio. Los socios aportan pequeñas sumas de dinero periódicamente.
Cajas comunales: Integradas por personas naturales que realizan actividades en recintos o comunidades específicas, también con aportes económicos regulares.
A diferencia de las cooperativas, estas entidades no requieren personería jurídica ni están obligadas a registrarse ante la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS). Esto les permite operar con autorregulación, lo que facilita su creación y proliferación.
Una práctica en aumento y fuera de control
Édgar Peñaherrera, gerente de la Red de Integración de Cooperativas Icored, señaló que el problema comenzó a agravarse después de la pandemia y se ha triplicado en 2024. En declaraciones a un medio nacional, expresó su preocupación:
«Nos preocupa que hay muchas que están captando ahorros de terceras personas que no forman parte de las cajas y, así también, que están prestando dinero a gente que es externa a las cajas, y eso está prohibido».
Peñaherrera destacó que estas entidades han otorgado créditos de entre USD 3.000 y USD 4.000, superando ampliamente los montos permitidos de USD 100 a USD 200, lo que representa una práctica irregular y riesgosa.
Riesgos para la comunidad y falta de control
La economista lojana Rosario Uchuari Girón estima que en la región operan al menos 50 cajas de este tipo. Solo en el norte de la ciudad de Loja, funcionan tres con entre 30 y 50 socios cada una, cuyos aportes semanales oscilan entre USD 2 y USD 5. Uchuari advierte sobre los peligros de estas prácticas:
«El inconveniente surge cuando empiezan a otorgar créditos superiores al capital general de la caja o, en su defecto, a extraños, particularmente a familiares de los socios, lo cual se convierte en un delito, ya que no existen garantías de que los recursos serán devueltos».
La SEPS indica que estas cajas se forman por voluntad de sus socios, quienes aportan ahorros sin captar fondos de terceros. Además, no están sujetas a controles externos ni requieren personería jurídica, lo que agrava la falta de supervisión.
Uchuari Girón hizo un llamado urgente a las autoridades para investigar si estas entidades cumplen con la normativa:
«En nuestra jurisdicción hemos tenido problemas generados con la captación ilegal de dinero, y decenas de personas fueron perjudicadas».
La economista subrayó que, aunque ahorrar en estas cajas no es negativo, el riesgo surge cuando operan fuera de los límites establecidos, afectando la estabilidad financiera de las comunidades.
Datos clave
Los créditos en cajas de ahorro o cajas comunales no deben superar los USD 200.
Estas entidades pueden formarse con un mínimo de 5 personas.
La SEPS establece que las cajas deben funcionar con aportes de sus socios, sin captar fondos externos, y no requieren supervisión pública.
Impacto y desafíos pendientes
La proliferación de estas cajas en Loja, especialmente en áreas rurales, refleja un desafío para la protección de los ahorros y la estabilidad económica de las comunidades. Sin una supervisión adecuada, estas entidades podrían replicar casos pasados de captación ilegal de dinero, dejando a decenas de personas en situación de vulnerabilidad. Las autoridades locales deben actuar con prontitud para garantizar que operen dentro de la ley y proteger a los ciudadanos.
Fuente: diario Crónica