La expulsión del legislador Sergio Peña revela fisuras en la bancada de la Revolución Ciudadana y cuestionamientos de nuevas generaciones dentro del movimiento.
Quito, 30 de mayo de 2025. — La unidad del correísmo en la Asamblea Nacional se resquebraja. En menos de dos meses de gestión legislativa, el bloque liderado por la Revolución Ciudadana (RC) sufre divisiones internas tras la polémica postura del legislador Sergio Peña frente al proyecto de ley de Seguridad Nacional impulsado por el Ejecutivo. Su expulsión y los posteriores cruces públicos reflejan un debilitamiento político de la bancada opositora, reporta diario La Hora
El quiebre interno se hizo visible luego de que Peña, miembro del Comité de Ética de la Asamblea, respaldara en la Comisión de Régimen Económico el informe para el primer debate del proyecto de ley de Seguridad Nacional, promovido por el presidente Daniel Noboa. El informe fue aprobado con el respaldo de Acción Democrática Nacional (ADN), bancada oficialista.
“Se han acogido mis observaciones; no puedo ser contrario a tender puentes con ustedes”, justificó Peña, durante la sesión del 27 de mayo. Su voto provocó la inmediata reacción de las figuras más visibles del correísmo. Luisa González afirmó que Peña actuó al margen de la línea partidaria y sin sustento técnico. Andrés Arauz, por su parte, le pidió “decidirse si quiere jugar en equipo”.
Horas después, la RC oficializó su expulsión: “Mintió al país, traicionó nuestros principios… a las manzanas podridas se las separa de las íntegras”, sentenció la organización en un comunicado.
La respuesta de Peña fue frontal. En redes sociales denunció prácticas sectarias dentro del movimiento y llamó a una “renovación generacional”, al tiempo que criticó el “chisme de cocinera” en la política interna del bloque.
Desgaste en la base del movimiento
Expertos señalan que esta ruptura no es un hecho aislado. Roger Celi, del Observatorio Legislativo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, sostiene que las nuevas generaciones dentro del correísmo “evidencian incomodidad” al momento de asumir posiciones frente a temas complejos.
“No es que eligieron mal a sus candidatos, pero el verdadero reto ahora es si el bloque puede mantener su disciplina interna”, apuntó.
La situación es aún más incierta con el movimiento Renovación Total (RETO), aliado electoral de la RC. Aunque sin bancada propia, RETO podría distanciarse de las decisiones de la RC en el Pleno.
Precedente reciente
El caso de Peña no es el único. El 15 de abril, la asambleísta Mónica Salazar renunció a la bancada correísta tras denunciar actitudes “clasistas y humillantes”. Desde entonces, actúa como independiente alineada al oficialismo, y ocupa una vocalía en el Consejo de Administración Legislativa (CAL).
Con estas dos salidas, la Revolución Ciudadana reduce su presencia en la Asamblea de 67 a 65 legisladores, perdiendo capacidad de operación política.
Tensión y defensas internas
Frente a las críticas de Peña, la legisladora Patricia Núñez salió en defensa del buró político de la RC. Aseguró que “las decisiones no son impuestas” y que los nuevos miembros deben adaptarse al trabajo colectivo.
“Aquí no se viene a brillar individualmente; el objetivo es consolidar un proyecto político para el pueblo ecuatoriano”, subrayó.
La Revolución Ciudadana se encuentra en un proceso de depuración interna, según sus propias declaraciones. Sin embargo, las disputas públicas, las salidas de miembros y la falta de cohesión dejan en evidencia un momento de vulnerabilidad para una de las principales fuerzas políticas del país.
